Sindicatos y modelo sindical en la región argentina

24 16 14 8 horas son pocas trabajad todos para el frente CNT

8… 14… 16… 24 horas! Son pocas!! Trabajad todos para el frente. Afiche de 1937 del sindicato CNT de la región española que insta a lxs trabajadorxs a trabajar (en este caso para el “frente” burgués antifascista y su democracia republicana). La imagen refleja que el Sindicato -aun el más “anticapitalista”, como se autopercibía la “anarcosindicalista” CNT- tiene por función mantener el sistema de trabajo asalariado.

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El 04/10/2019 la Junta Interna de ATE de la Secretaría de Cultura de la Nación publicó en su página de Facebook la declaración “PORQUÉ NO INGRESAMOS A LA CGT” (https://bit.ly/2oRRadP). Allí se dice que “hace 28 años un conjunto de gremios decidió separarse de la Central General del Trabajo (CGT)”i porque apostaban a otro “proyecto de sindicalismo”, a saber: “la crítica al modelo sindical basado en el autoritarismo interno, la no representación de las minorías, el enquistamiento de castas burocráticas alejadas de los intereses de sus bases y la lógica de censurar la democracia sindical”. La proclama culmina así: “declaramos como Junta Interna de ATE Cultura nuestro compromiso en la construcción cotidiana de un sindicalismo democrático heredero de las mejores luchas de lxs trabajadores y que grite bien alto: ¡NI DE LOS GOBIERNOS, NI DE LOS PATRONES!”.

Nos centraremos en demostrar que ATE no sólo no critica sino defiende el actual modelo sindical argentino, y que su sindicato lejos de no ser “de los gobiernos ni de los patrones” es de ellos (del Estado, que es empleador/patronal y protege los intereses del Capital al reproducir las condiciones de dominación de la clase capitalista).

Más allá de ATE y la CTA Autónoma a la que está adherida, nos interesa abordar críticamente la naturaleza de clase de los sindicatos y desnudar la función estructural que cumplen en el mantenimiento del orden capitalista.

I

Comenzaremos por cuestionar el concepto de “democracia” defendido por ATE. La declaración lamenta que si la CTA entrase a la CGT o si ambas se “fusionasen” (la diferencia entre fusión y entrada se la dejamos a los peritos sindicales), peligraría la “elección directa de las comisiones directivas”. Apuntamos, porque la declaración no lo dice, que la “elección directa” es mediante el sufragio “secreto”, padrón mediante avalado por el Estado (secretaría de trabajo, justicia, etc.). Lo apuntamos porque el “voto secreto” y no a mano alzada en asamblea es un mecanismo propio de la burguesa democracia representativa. Asumir el mecanismo democrático burgués significa avalar la entelequia de que es el individuo el que se encuentra tanto en el espacio “económico” (contrato laboral entre dos personas, una burguesa y otra obrera) como en el “político” (contrato electoral donde “tu voto decide”). La defensa de la “elección directa” mediante el sufragio individual y secreto es la defensa de la democracia burguesa: ATE no se lo cuestiona porque lo tiene internalizado, nosotros lo señalamos porque tenemos conciencia de clase.

En segundo lugar -y más allá de que un sindicato se reclame “anarcosindicalista”, “sindicalista revolucionario”, “peronista”, “socialista”, “clasista”, etc.- el “proyecto del sindicalismo” es unívoco: perpetuar la esclavitud de lxs trabajadorxs. En el mundo capitalista en el que vivimos, los sindicatos se arrogan la representación del “trabajo” al interior del capital, es decir: negocian el precio de venta de la mercancía fuerza de trabajo. El sindicato asume así el rol de mayorista de la venta de la fuerza de trabajo. El sindicato existe por la relación de dependencia establecida entre el vendedor de la fuerza de trabajo (la persona asalariada) y el comprador de la mencionada mercancía (el/la capitalista); su existencia depende del mantenimiento de las burguesas relaciones de producción: sin capitalismo no habría asalariadxs, sin asalariadxs no habría “sindicato”. De ahí que por definición todo sindicato no sea revolucionario: no busca “destruir” el sistema de trabajo asalariado (como fantaseaban los “sindicalistas revolucionarios” y los “anarcosindicalistas” de principios del siglo XX), al contrario: persigue “mejorar” las condiciones de explotación (mejores salarios y condiciones de trabajo), es decir: conservar el capitalismo. El sindicato es la canalización burguesa de las necesidades y reivindicaciones proletarias. No expresa los intereses del proletariado en su lucha contra la explotación capitalista sino su domesticación; representa al trabajo subsumido en el capital, a la conciliación de clases. El sindicato apenas pide (si es que lo hace) reivindicaciones económicas en un marco de colaboración de clases necesario para el normal desenvolvimiento del Capital y el Estado. En síntesis: el sindicato es “de los gobiernos” (Estado) y “de los patrones” (Capital).

II

¿Critica ATE el modelo sindical vigente en la región argentina? Más aún, ¿proponen otro “modelo” o, al menos, otro “proyecto”?

El 02/10/1945, el gobierno militar que integró Juan Domingo Perón, por medio del decreto 23.852/45, reguló las “asociaciones profesionales de trabajadores”. La norma coronaba el proceso de estatalización de las organizaciones gremiales comenzado apenas consumado el golpe militar de Estado de junio de 1943. La dictadura militar de 1943-1945 inauguró el modelo sindical que aún sigue vigente en la región argentina: desde entonces la vida gremial está vigilada, regulada y fiscalizada por el Estado.

Antes de 1943 en la región argentina había libertad de asociación de lxs trabajadorxs, el Estado no tenía la potestad legal de intervenir coercitivamente y con cumplimiento obligatorio (vinculante) en los conflictos entre el Capital y el Trabajo (la famosa “conciliación obligatoria” dispuesta por el Estado nació durante la dictadura del GOU) y cualquier trabajador/a podía elegir a qué sociedad de resistencia o sindicato afiliarse, asociación a su vez adherida a una federación o central sindical/gremial. Así, en vísperas del golpe de Estado de 1943, había cuatro federaciones/uniones/confederaciones de trabajadorxs: USA, FORA, CGT N.° 1 y CGT N.° 2. El gobierno bonapartista surgido del golpe de Estado de junio de 1943 reconoció a la CGT N.° 1 e ilegalizó a las otras tres expresiones sindicales.

Es importante señalar que el actual modelo sindical vigente desde la dictadura del GOU -que fue reforzado durante el primer gobierno “democrático” del militar Perón y levemente retocado en 1988- se inspiró en la fascista Carta del Lavoro de 1927 que estipulaba: “sólo el sindicato legalmente constituido y sometido al contralor del Estado tiene derecho a representar legalmente a toda la categoría de trabajadores; a amparar sus intereses ante el Estado y las demás asociaciones profesionales; a estipular contratos colectivos de trabajo, obligatorios para todos los que pertenecen a la categoría; a imponerles contribuciones y a ejercer, con respecto a los mismos, funciones delegadas de interés público”. De esta manera, el modelo sindical argentino recoge de la reglamentación corporativista italiana la “unicidad promocionada”. Esta “unidad promocionada” otorga a una sola asociación sindical por actividad, oficio, profesión, categoría o empresa y ámbito territorial de actuación la potestad para “representar” a lxs trabajadorxs: sólo un sindicato obtiene la “personería gremial” que otorga la actual Secretaría de Trabajo de la Nación (salvo contadas excepciones, como ocurre entre lxs trabajadorxs contratadxs por el Estado nacional, donde dos sindicatos tienen personería gremial: UPCN y ATE).

Así es como el “mayorista” de fuerza de trabajo se convirtió a partir de 1945 en “monopolista”, completamente integrado a las estructuras del Estado.

III

Entre el fin de la primera y la segunda carnicería mundial (1918-1945) los sindicatos en todo el mundo se convirtieron en aparatos ideológicos de Estado. No sólo “ideológicos”: en ocasiones son aparatos represivos de Estado. Ejemplo de esto último en la región argentina es la reciente (septiembre de 2019) represión de trabajadorxs de la educación en Chubut ejecutada por patotas del sindicato de trabajadorxs de la industria petrolera; o la acción de la Unión Ferroviaria comandada por Pedraza que terminó con la muerte del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra (año 2010); o la acción sindical en la CNU (Moyano y otrxs en Mar del Plata) o en la AAA (Rucci y otrxs en Buenos Aires) durante la “democracia” peronista de 1973-1976; o sindicatos 100% entregadores de trabajadorxs (como SMATA) y colaboradores directos (buches) de la dictadura militar de 1976-1983, como el aún secretario general de la UOCRA Gerardo “Batallón 601” Martínez y el exsecretario general de la seccional Ensenada de ATE Juan Carlos Marín. En todos esos sucesos, el Sindicato actuó en connivencia con otras dependencias del Estado: Ministerio de Bienestar Social, Justicia, Ministerio de Trabajo, Ejército, Policía…

Ya que nombramos a ATE -sindicato que se vanagloria de tener “democracia sindical” y dice defender los “derechos humanos”-, es bueno recordar particularmente los hechos alrededor de Juan Carlos Marín. Restituida la democracia en diciembre de 1983, el buchón Marín fue premiado con el cargo de “secretario de Finanzas del centro nacional de jubilados” de ATE Nacional: así es como este sindicato lucha contra el modelo sindical y respeta a las minorías en un marco de camaradería democrática…

Hemos señalado que pese a la cháchara en torno de la “democracia sindical” (que supuestamente ejerce) y el “monopolio sindical” (al que supuestamente se opone), ATE no sólo no lucha contra el actual modelo sindical vigente desde 1945 sino que se sirve de él para seguir fortaleciéndolo. Demostración de esto es que, donde y cuando el Estado le reconoce que su sindicato es “mayoritario”, impone al conjunto de lxs trabajadorxs (estén o no afiliadxs a ATE) lo que “negocia” con la patronal estatal.

Es más: constantemente ATE le llora al Estado para que lo reconozca como monopolista de la negociación colectiva en representación de lxs trabajadorxs explotadxs por el Estado nacional. En efecto, el artículo 25 de la ley 23551 de asociaciones sindicales que rige desde 1988 (que como ya dijimos es continuadora del decreto 23852/45 de asociaciones profesionales dictado durante la dictadura militar que integró el genocida Perón) determina que, cuando existan dos asociaciones sindicales con personería gremial, se debe “proceder al cotejo necesario para determinar cuál es la más representativa conforme al procedimiento del artículo 28”, artículo este último que establece que el monopolio de la negociación colectiva será otorgado al sindicato que tenga mayor “cantidad de afiliados cotizantes”.

Como dijimos, cada dos por tres ATE Nacional le suplica al Estado que por favor le quite a UPCN el monopolio de la negociación colectiva para otorgárselo a ella; y para ello reclama un “recuento” de afiliadxs que, asegura, convalidaría que ATE tiene más cotizantes que UPCN. De esta manera, ATE Nacional quiere dejar de avalar “en disconformidad” lo que año tras año acuerdan UPCN y el Estado nacional empleador para estelarizar el sometimiento de lxs asalariadxs estatales, ya que sólo un sindicato con personería gremial (en este caso, el que tiene mayor cantidad de cotizantes) es el que puede celebrar convenios colectivos de trabajo que sean de cumplimiento obligatorio para la totalidad de empleadorxs y trabajadorxs de la actividad representada en la negociación.

Hemos visto, pues, que en los hechos no hay ninguna “crítica al modelo sindical” vigente sino todo lo contrario: ATE apela al modelo sindical vigente para, en algún momento dentro del ámbito de lxs asalariadxs explotadxs por el Estado nacional, lograr por fin celebrar convenios colectivos a su antojo. Todo su palabrerío en torno de la “democracia sindical” y un “proyecto de sindicalismo” distinto al actual es ahuyentado por el viento…

Sigamos. El comunicado explicita que ATE y la CTA respetan a las “minorías”. Lamentamos que la Junta Interna de ATE Cultura no recuerde en su declaración que no hace mucho tiempo atrás ATE Morón reventó a palos a trabajadorxs (incluidxs delegadxs del sindicato) del Hospital Posadas; o que silencie la policial y burguesa actuación de la Junta Interna de ATE Biblioteca Nacional cuando en 2016 amedrentó a trabajadorxs (en complicidad con los sindicatos UPCN y SOEME) y junto con la patronal confeccionó listas de despedidxs, entre lxs que se encontraban afiliadxs a ATE que estaban en “minoría”. Respecto de ATE Biblioteca Nacional, la Junta Interna de ATE-Cultura no sólo silencia la actuación de sus agentes sindicales sino que los invita a “asambleas” conjuntas para fortalecer la “unidad de lxs trabajadorxs”…

Hablando de asambleas y de “democracia”… Dejamos asentado que “democracia sindical” no es sinónimo de “democracia obrera” ni de “libertad de asociación de lxs trabajadorxs”. Así, una asamblea abierta a todxs lxs trabajadorxs sin distinción de afiliación en el lugar de trabajo que debate y decide a mano alzada es infinitamente más democrática que la “elección directa” de una comisión directiva por medio del voto secreto, con padrones controlados por organismos que no son de la clase trabajadora (sindicato, poder ejecutivo, poder judicial), donde el Estado (gracias al modelo sindical vigente) interviene en los asuntos que, supuestamente, deberían concernir exclusivamente a lxs trabajadorxs. Que el Estado intervenga (¡y que incluso el Sindicato recurra a él para dirimir disputas interburocráticas!) demuestra a las claras que lxs sindicatos no son propiedad de la clase trabajadora sino de la burguesía. Y todo ello es posible porque los sindicatos se encuadran en el marco de actuación dictado por el modelo sindical vigente desde 1945.

Ya hemos argumentado por qué ATE no critica sino defiende el modelo sindical de inspiración fascista aún vigente. Dicho modelo sindical, obviamente, sólo reconoce al sindicato como única y legítima (y legal) forma de organización gremial de lxs trabajadorxs en relación de dependencia.

Este modelo sindical es continuamente reforzado, como lo demuestra el “fallo Orellano” (año 2016) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que declaró que sólo los sindicatos (con personería gremial o simplemente inscriptos) detentan el derecho a ejercer la huelga. Se sabe que en situaciones extraordinarias de la lucha de clases lxs trabajadorxs desbordan a los sindicatos, organizaciones éstas que sólo nuclean a una parte de la clase obrera. El fallo Orellano lo que hace es, precisamente, convalidar el poder de los sindicatos sobre lxs trabajadorxs, especialmente en situaciones no álgidas de la lucha de clases. Y hasta sindicatos que se presentan como “combativos” (algunas seccionales o juntas internas de ATE, por caso), en situaciones extraordinarias de la lucha de clases hacen todo lo que está a su alcance para desalentar la organización no sindical y autónoma de lxs trabajadorxs, no sólo porque éstxs desbordan a los sindicatos que los agentes sindicales defienden con uñas y dientes sino porque en esas situaciones extraordinarias se tiende a desbordar la legalidad burguesa (ataques a la propiedad privada, linchamiento de burócratas -no sólo sindicales sino funcionarixs de organismos públicos-, etc.) que los sindicatos defienden. En junio de 2016 dijimos que con el fallo de la Corte Suprema “trabajadores tercerizados y legalmente no registrados, comisiones internas combativas con su sindicato o simples trabajadores en desacuerdo con las acciones, quedan completamente desamparados. (…) Hay numerosos casos en los que se reincorporaron trabajadores después de medidas de fuerza por fuera de los sindicatos (Kraft, Casino Flotante, etc.). (…) Entregar el derecho a huelga exclusivamente a los sindicatos como acaba de hacer la Corte Suprema es entregárselo a organizaciones gremiales que desde ATACA conocemos tristemente bien. Varios de nosotros, para citar un ejemplo, sufrimos en carne propia el rechazo de los sindicatos ‘legitimados’ en forma de patoterismo y amenazas a la autoconvocatoria, las acciones directas o la toma de decisiones alternativas. (…) La legitimidad de una medida de fuerza la define la necesidad particular del colectivo de trabajadores. Y desde ATACA luchamos justamente para ampliar la libertad de los trabajadores para decidir colectivamente cómo organizarse, cómo manifestarse y cómo vivir”.

ATACA no defiende el modelo sindical de inspiración fascista vigente en la región argentina.

ATACA lucha por la libertad de asociación de lxs trabajadorxs en esta región y en todo el mundo.

Lecturas complementarias

Sobre el rol de ATE en Biblioteca Nacional en 2016 recomendamos leer nuestro informe dividido en dos partes: https://bit.ly/2OFP5Ob + https://bit.ly/2NVL5E3

Sobre ATE y los derechos humanos recomendamos la lectura de https://bit.ly/359fzw4

Sobre el rol patronal de ATE en Capital Federal sugerimos leer https://bit.ly/2Npgcsk

Sobre la decisión judicial de limitar el derecho de huelga instamos a leer https://bit.ly/33bRanZ

ATACA

7 de octubre de 2019

camarada trabaja más y mejor UGT

Camarada! Trabaja más y mejor! Afiche de 1938 del sindicato UGT de la región española que insta a lxs trabajadorxs a trabajar. La imagen traduce la subsunción del trabajo en el capital.

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i Remarcamos el error que bien podría denominarse “traición del inconsciente” (de paso: la “traición” en el mundo sindical, sobre todo peronista, no opera en el terreno del “inconsciente”): la CGT no es “Central General del Trabajo” sino “Confederación General del Trabajo” (y bien mirado quizá el nombre propuesto podría materializarse tras el rejunte CTA-CGT, ¿verdad?).

4 comentarios en “Sindicatos y modelo sindical en la región argentina

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