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ATACA se desactiva

Durante el actual gobierno peronista la carestía de vida, la desocupación y la pobreza aumentaron enormemente. Sin embargo, la combatividad de la clase trabajadora y del conjunto del empobrecido pueblo brilla por su ausencia. No es de extrañar, ya que el peronismo se distingue por sostener con puño de hierro en guante de seda las sólidas mallas de contención social: sindicatos[i], “movimientos sociales” (también llamados “piqueteros”), propaganda estatal… ¡y si es necesario se calza la manopla de la represión![ii]. Por ejemplo, en 2019, la malla de contención (autopercibida “combativa”) Junta Interna de ATE de la entonces Secretaría de Cultura de la Nación (actual Ministerio) que dice no ser “ni de los gobiernos ni de los patrones” (al igual que la CTA “Autónoma” a la que está adherida su sindicato), publicó un comunicado que rebosaba de felicidad por el triunfo de la fórmula integrada por Alberto Fernández y Cristina Fernández; en 2020, durante la “pandemia de Covid-19”, la misma Junta Interna de ATE-Cultura se plegó al “quedate en casa” peroniano que hundió en la miseria al conjunto de trabajadorxs informales y/o cuentapropistas mientras la patronal de Estado ultraprecarizaba a la minoría de “trabajadorxs esenciales” estatales que debíamos usar nuestros bienes personales como herramientas de trabajo (computadoras, teléfonos móviles, etc.), pagar de nuestro bolsillo los servicios usados para trabajar (luz, gas, Internet, etc.) y estar disponibles de acuerdo a los caprichos “urgentes” de nuestrxs superiores casi las 24 horas del día dado el “urgente” estado de excepción en el que se encontraba no sólo el “país” sino la “humanidad”; y recientemente, en 2022, esta Junta garantizó el arreglo aún vigente de los sindicatos ATE y UPCN con la Patronal de Estado Nacional que confisca, mes tras mes, una parte de los salarios de lxs trabajadorxs no sindicalizadxs (lo llaman, cínicamente, “Aporte Extraordinario Solidario”) que va a parar a las arcas de los mencionados sindicatos[iii]

Desde el 10 de diciembre de 2019, lxs trabajadorxs con conciencia de clase del Ministerio de Cultura de la Nación no han logrado articular una mínima protesta antipatronal, así como el conjunto de la clase trabajadora a nivel nacional no logró articular una protesta aun tibia: por ello afirmamos que la combatividad de la clase obrera y del conjunto del pueblo brilló por su ausencia en estos años de gobierno peronista, es decir: con su inmovilidad avaló y avala el empeoramiento de sus propias condiciones de vida (como dice el refrán popular, “el que calla, otorga”). Lo remarcamos a fuerza de ser reiterativxs: la violenta y constante devaluación de nuestros salarios y en consecuencia el aumento generalizado de la pobreza que acontece por medio de una inflación desbocada (más del 100% interanual en marzo/abril, marca que iguala la registrada durante otro gobierno peronista, el de Carlos Menem en septiembre de 1991) no genera en la población ninguna reacción centralizada ya no contundente sino –como dijimos– al menos tibia[iv].

ATACA surgió en febrero de 2016 al calor de la lucha de clases, cuando el gobierno de Macri despidió a centenares de trabajadorxs estatales nacionales. En ese momento, en el mismo contexto de lucha, desnudamos el rol burgués de los sindicatos, nuestros enemigos internos; así, por ejemplo, en la Biblioteca Nacional, tres sindicatos (ATE, UPCN y SOEME) acordaron despidos con la patronal y se dedicaron a aplastar la iniciativa de lxs trabajadorxs y amenazaron y hasta golpearon a trabajadorxs que estaban afiliadxs a esos mismos sindicatos. Una vez reincorporadxs muchxs trabajadorxs de cultura gracias a nuestra iniciativa (que era el resultado de las resoluciones de nuestras asambleas deliberativas integradas por trabajadorxs despedidxs y no despedidxs), ATACA profundizó su orientación asamblearia, libertaria y anticapitalista. Producto de nuestro empuje, seguimos denunciando el rol patotero, policial y patronal de los sindicatos, es decir: al servicio de la conciliación de clases; relevamos información estadística sobre las condiciones de trabajo de lxs trabajadorxs en general y de museos en particular, y en consecuencia elaboramos informes sobre la precarización laboral; impulsamos constantemente asambleas en cada lugar de trabajo sin importar la afiliación sindical de lxs trabajadorxs; seguimos participando de las escasas luchas autónomas donde estábamos insertxs (museos nacionales, de la ciudad de Buenos Aires y universitarios de la UBA; bibliotecas y otros lugares de trabajo del Estado nacional, de la ciudad de Buenos Aires y de la UBA). Sin embargo, ya desde antes de la “pandemia de coronavirus”, las luchas no sólo mermaron notablemente sino que la típica, pasiva e impotente queja melancólica argenta dejó de escucharse entre lxs trabajadorxs. Así, hacia mediados de 2018, en el ámbito de museos nacionales donde ATACA tenía mayor inserción numérica, la escasa participación autónoma de trabajadorxs no logró revertir la avanzada patronal en curso (la imposición de la “planilla única reloj o de firma continua” de asistencia a la que inmediatamente siguió el “sistema informático biométrico”)[v]. Y luego del triunfo de la fórmula peronista Fernández-Fernández no volvió a surgir ninguna iniciativa autónoma de trabajadorxs de museos nacionales, tanto que durante la mayor parte del año 2020 una minoría de laburantes “esenciales” trabajamos de manera intensiva mientras la gran mayoría de trabajadorxs estatales no se quejó porque siguió cobrando su salario sin trabajar pese a que la miseria avanzaba en rededor (y –más tarde que temprano– la patronal de Estado también terminó escupiéndole la polenta con sabor a asado por medio de la inflación que a su vez le comía el salario –y la polenta con sabor a asado–)[vi].

ATACA no es una isla habitada por activistas que se reclaman de “vanguardia” y con derecho a suplantar la autoactividad proletaria: nunca hicimos del activismo un remedo de la lucha de clases. Casi al mismo tiempo que nos empezamos a quedar sin recursos útiles en pos de que lxs trabajadorxs reanudemos la lucha de clases, ATACA se fue despoblando de activistas. Así fue que llegamos a 2023 y en la última asamblea decidimos desactivar nuestro espacio para no seguir predicando en el desierto…

Hasta aquí lxs activistas de ATACA compartimos siete años de organización proletaria autónoma. Quizá no sea este un “adiós” sino un hasta luego, muy probablemente nos veremos en las asambleas que surgirán al calor de la lucha de clases/calles, aunque no sabemos si con ATACA nuevamente activado o por medio de otros artefactos asamblearios. Sí sabemos que, pese a la malla de contención social engendrada y aceitada por el peronismo (sindicatos, “movimientos sociales”, asistencialismo social formal  –vía Estado– e informal “punterismo”–, etc.), la lucha de clases abierta emergerá en algún momento (y probablemente sin preámbulos). Entonces será el momento de la espontaneidad creativa, de la autoactividad proletaria. Muchxs de quienes integramos ATACA les veremos las caras allí nuevamente, luchando no sólo contra la Patronal sino contra sus aliadxs (sindicalistas, sobre todo).

Hasta entonces, camaradas.

ATACA

26/4/2023


[i] “Los sindicatos perpetúan la esclavitud asalariada” es uno de los tantos escritos donde caracterizamos al Sindicato: https://laculturanoseachica.wordpress.com/2020/06/05/los-sindicatos-perpetuan-la-esclavitud-asalariada/.

[ii] No olvidamos que, durante la cuarentena por “Covid-19” decretada por el gobierno de Fernández-Fernández, Facundo Astudillo Castro fue desaparecido en la provincia de Buenos Aires, Florencia Magalí Morales fue suicidada por la policía en San Luis y Luis Espinoza asesinado y desaparecido por el Estado de Tucumán, sólo por mencionar los nombres y apellidos de las víctimas más conocidas de la represión peronista. Tampoco olvidamos que durante el último gobierno de Perón se creó la AAA peronista que torturó, asesinó y desapareció personas.

[iii] Sobre el “Aporte Extraordinario Solidario” implementado a comienzos de 2022 y sobre la complicidad sindical durante la “pandemia de coronavirus”, léase nuestro inmediatamente anterior comunicado: “Estado-Patronal-Sindicato: nos siguen pegando abajo”: https://laculturanoseachica.wordpress.com/2022/02/16/estado-patronal-sindicato-nos-siguen-pegando-abajo/.

[iv] Lo dice la letra de la canción “Ropa sucia” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: “vivir sólo cuesta vida”; y en la pasiva y melancólica Argentina actual el pueblo prefiere bailar ese “tango que ocultamos mejor” y que “nos tiene narcotizados”…

[v] En “Trabajadorxs de museos nacionales: derrotemos a Gran Hermano” se mencionan la pasmosa pasividad de lxs laburantes y los escasos islotes de lucha autónoma en los que participamos lxs activistas de ATACA: https://laculturanoseachica.wordpress.com/2018/06/20/trabajadorxs-de-museos-nacionales-derrotemos-a-gran-hermano/.

[vi] Cierto, la “polenta con sabor asado” es un mito urbano, un meme que circula en redes sociales. Sin embargo, las polentas saborizadas existen: Arcor comercializa “Presto Pronta sabor Queso y Panceta” y “Presto Pronta sabor Espinaca a la Crema”. Si existen papas fritas promocionadas con gusto a “asado”, “asado criollo” y “asado de tira” no debería extrañarnos que pronto se lance una polenta con sabor a asado. Recordemos que el peronismo prometió la vuelta del asado si ganaba la fórmula presidencial Fernández-Fernández, pero… ¡no sólo no regresó sino que, por medio del SENASA, el gobierno nacional peronista recientemente nos invitó al “Primer encuentro nacional de la cadena de valor de insectos para consumo humano y animal”! (cfr. https://www.facebook.com/photo/?fbid=600993402055741&set=a.308234697998281). ¿No recordás el spot electoral del Frente de Todos que nos decía que “todo esto volverá a mejorar”, asado mediante? ATACA te lo recuerda: https://www.youtube.com/watch?v=kkSVo8ka14M.

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Estado-Patronal-Sindicato: nos siguen pegando abajo

Declaración de ATACA

La cuarentena sufrida durante el año 2020 arruinó la vida de la mayoría de las personas: se incrementó el analfabetismo y el hambre de niñxs y jóvenes (las escuelas, además de depósitos de cuerpos minorizados y guarderías para que lxs trabajadorxs podamos ser explotadxs por el Capital, en su gran mayoría son comederos), fueron empujadxs al suicidio centenares de adolescentes y adultxs, fue notable el deterioro de la salud física (todo lo que no era “covid” fue eliminado de la atención sanitaria) y mental (depresión, ataques de pánico, etc.) de personas de todas las edades y clases sociales…

En el caso de lxs trabajadorxs el cierre compulsivo de actividades económicas generó desocupación y, entre quienes siguieron trabajando, mayor precarización y superexplotación (en muchísimas biografías fue/es una sumatoria infernal de precarización y superexplotación). Entre lxs superexplotadxs es menester recordar a quienes el Estado les cargó la pesada mochila de trabajar en “actividades esenciales”. Entre lxs trabajadorxs precarizadxs –y no mencionamos aquí a quienes antes del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” (ASPO) trabajaban de manera informal, “en negro”, que a partir de marzo de 2020 fueron obligadxs por el Estado a pasar hambre– vale mencionar en particular a quienes trabajamos de manera “remota” desde nuestros hogares.

Quienes integramos ATACA somos trabajadorxs de cultura: la mayoría trabajamos en museos públicos, algunos dependientes del Estado nacional y otros del Estado de la ciudad de Buenos Aires y de la Universidad de Buenos Aires. Los museos estuvieron cerrados durante el ASPO. En junio de 2020, desde ATACA impulsamos un relevamiento para saber si entre el 20 de marzo y el 30 de junio de 2020 hubo “despidos de trabajadorxs en relación de dependencia”[i]. El relevamiento arrojó el siguiente resultado en la ciudad de Buenos Aires:

En el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), organismo desconcentrado del Ministerio de Cultura de la Nación, fueron despedidxs 10 trabajadorxs de seguridad, todxs “tercerizadxs” por medio de la empresa Maguen Protección SRL.

En el Museo de Arte Moderno (MAMBA), dependiente del Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, fueron despedidxs 12 trabajadorxs, todxs “monotributistas” que desempeñaban tareas como educadorxs, consejerxs de niñxs, guardias/cuidadorxs de sala, y en las áreas de producción y eventos.

En el Teatro Colón, ente autárquico del Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, fueron despedidxs 25 trabajadorxs, todxs “tercerizadxs” por medio de la empresa Goliardos SRL (Eternautas) que trabajaban en visitas guiadas.

En el informe del relevamiento además destacamos que, a nivel nacional, recibimos información sobre “trabajadorxs monotributistas a quienes la patronal obliga a facturar por menos del monto acordado antes del ASPO, pese a que siguen desempeñando tareas desde sus hogares y con la misma carga horaria y de trabajo (modalidad ‘home office’); y trabajadorxs eventuales (‘talleristas’) que al estar vigente la prohibición estatal de dar clases de manera presencial no pudieron seguir trabajando”. También “señalamos que pasada nuestra convocatoria, en el preciso momento en que comenzamos a elaborar esta declaración, nos llegó la información de que desde el 1/7/2020 117 trabajadorxs están sin trabajo ya que fueron despedidxs (‘no renovación de contratos’ en el eufemístico lenguaje de la Patronal) por la Municipalidad de Córdoba; lxs trabajadorxs desempeñaban tareas en la Secretaría de Cultura y Educación, algunxs de ellos en el Centro Cultural España Córdoba y en el Museo San Alberto”[ii].

Es cierto que durante el ASPO muchxs trabajadorxs estatales (de museos entre ellxs) siguieron cobrando sus salarios sin trabajar (aún hoy varixs de ellxs siguen cobrando sin trabajar)[iii], pero también otrxs trabajamos aún más precarizadamente gracias al “teletrabajo” y además algunxs fuimos superexplotadxs. Así, quienes conservamos el patrimonio fuimos periódicamente a los museos y otrxs (trabajadorxs de comunicación y de curaduría, etc.) trabajamos diariamente desde nuestros hogares. Nuestra “vida” –todo eso que está por fuera de la esclavitud asalariada– fue devastada por el Estado, la Patronal y el Sindicato. La patronal, gracias al Estado y a la complicidad sindical, nos obligó a vivir pendientes del trabajo (además del monotema “evolución de la pandemia de coronavirus”) las 24 horas del día durante todos los días de la semana (“24×7”): desde incluirnos imperativamente en “grupos de whatsapp” laborales[iv] y recibir llamados telefónicos a cualquier hora hasta tener que trabajar con nuestras herramientas personales (computadoras) y ahorrándose la burguesía (estatal o no) el gasto laboral que le corresponde (servicios de Internet, electricidad, etc. fueron pagados de nuestros salarios). Para quienes vivimos en lugares pequeños y/u oscuros y/o tenemos hijxs (que estaban todo el día en el hogar y se “educaban” de manera remota) la situación nos dejó con un agotamiento mental, emocional y físico inconmensurable.

Nos interesa destacar que el 17/3/2020, dos días previos al decreto de confinamiento obligatorio de toda la población, el Estado publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina la Resolución 21/2020 –dictada por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo– que facilitó la inmediata implementación del “teletrabajo”. Adrede, la Resolución 21/2020 eximió a la patronal de cumplir con las exigencias en torno del teletrabajo contenidas en la Resolución 1552/12: “ARTÍCULO 2°.- Establécese que la Resolución de esta SUPERINTENDENCIA DE RIESGOS DEL TRABAJO (S.R.T.) N° 1.552 de fecha 08 de noviembre de 2012 no resulta aplicable a los supuestos de excepción previstos en el artículo 1° de la presente”[v]. Cuando más necesaria para “beneficio” de lxs trabajadorxs era la efectiva aplicación de la resolución del año 2012, el Estado se encargó de recordarnos que siempre se puede estar más explotadx y dominadx y cumplió con una de sus funciones primordiales: facilitar las condiciones de realización de la explotación capitalista (la otra función fundamental se deriva del ejercicio del monopolio de la violencia, que durante el ASPO se llevó a cabo de manera extensiva e intensiva, desapariciones de personas incluidas). En efecto, la patronal no sólo debía proveer la computadora para trabajar de manera remota sino también silla ergonómica, botiquín de primeros auxilios y otros instrumentos[vi]. Los sindicatos –como corresponde a su condición de aliada de la patronal en pos de la conciliación de clases– no protestaron, es decir: avalaron la superexplotación laboral de lxs teletrabajadorxs.

Adicionalmente, en 2020 los salarios volvieron a perder contra la inflación. Como dice el refrán popular: sobre llovido, mojado. Nuestros paupérrimos salarios, ya insuficientes en 2019, tuvieron que ser utilizados para arreglar nuestras computadoras que usábamos (aún hoy usamos) para trabajar, para pagar el consumo de Internet y de electricidad que también se utiliza/ba para trabajar[vii], y para pagar los alimentos que siguieron aumentando con prisa y sin pausa. La caída del poder adquisitivo “encadenó su tercer año seguido en rojo, perdiendo casi 20% desde comienzos de 2018. Por su parte, en el promedio anual –más relevante para el análisis económico– el deterioro del salario real registrado fue de 3,2% en 2020. Más allá de qué porcentaje se analice, se observa una clara tendencia general: los trabajadores perdieron poder de compra sistemática y constantemente en los últimos tres años, en un primer momento por la disparada del dólar y en una segunda instancia por la profundización de la crisis económica que generó la pandemia”[viii].

Al igual que con el empeoramiento de nuestras condiciones laborales, los sindicatos no sólo avalaron sino impulsaron el deterioro del salario real: al comienzo del ASPO pactaron de buena gana con las patronales la reducción salarial[ix]. Para lxs trabajadorxs de cultura en relación de dependencia que facturamos como monotributistas la situación fue peor: por ejemplo quienes trabajamos en museos dependientes del gobierno de la ciudad de Buenos Aires en 2020 recibimos un miserable 11% de “aumento” frente al 36,1% de inflación anual y en 2021 un 14% versus el 50,9% de inflación anual… ¡desconociendo incluso lo pactado por el jefe de gobierno de la ciudad y el secretario gremial de SUTECBA![x]

*

Hemos visto que las condiciones laborales se precarizaron aún más durante la vigencia del ASPO: en 2021 siguió por la misma senda de precarización. También la carestía de vida se profundizó en 2021, con salarios e ingresos mensuales por debajo de la inflación acumulada.

En lo que respecta a lxs trabajadorxs de cultura cuyo empleador es el Estado nacional, la situación salarial es aún peor: a partir de enero de 2022 a quienes no estamos afiliadxs a las organizaciones burguesas (llamadas “sindicatos”) ATE y UPCN se nos descuenta como “aporte extraordinario solidario” el 0,5% de la renumeración bruta mensual. Como se indica en el acta paritaria, el “Aporte Extraordinario Solidario” es a pedido de ATE y UPCN. De “solidario” no tiene nada este pillaje sindical, ya que es un «aporte» compulsivo, no voluntario[xi]… Otra curiosidad del acta paritaria es que esta vez ATE firmó en conformidad junto con UPCN, no “en disconfirmidad” como venía avalando últimamente el empeoramiento de las condiciones laborales y salariales de lxs trabajadorxs…

El acta paritaria dice que “el Estado empleador actuará como agente de retención del Aporte Extraordinario Solidario”, fondos que serán depositados “a la orden de las organizaciones gremiales signatarias” del convenio colectivo de trabajo (ATE y UPCN) “en la cuenta bancaria que las mismas indiquen”. Este vagón de guita mensual quitado por la fuerza a lxs trabajadorxs que no estamos afiliadxs a ningún sindicato es para que las “organizaciones gremiales signatarias” la usen para lo que les parezca, “entre otros fines [para] asesorías de empleo público”[xii]. Es decir: el dinero expropiado a quienes trabajamos y no estamos afiliadxs será usado a discreción según los criterios de los sindicatos, ya sea para engordar las panzas de los gordos y gordas sindicales (“burócratas” según la jerga de izquierda), ya sea para inyectar dinero a sus emprendimientos empresariales (UPCN es dueña de “Accord Salud”, medicina privada prepaga, por ejemplo), etc.

Repudiamos este acto de pillaje sindical convalidado por el Estado empleador. Particularmente repudiamos a ATE, que se la pasa diciendo que su sindicato (al igual que la central sindical a la que está adherida, CTA) no es “ni del gobierno ni de los patrones”: cada día que pasa evidencia que es del gobierno y de la patronal (que en el caso del Estado es la misma cosa, ya que el Gobierno es la Patronal).

Por otro lado, y también con la complicidad sindical de ATE y UPCN, el Ministerio de Cultura de la Nación viene exigiendo a lxs trabajadorxs que presentemos el certificado de vacunación contra el Sars-Cov-2. A todas luces, esta es una atribución ilegal, ya que para trabajar las normas jurídicas vigentes no obligan a presentar un “pase sanitario” (certificado de vacunación). En efecto, la “Decisión Administrativa 1198/2021” publicada el 13/12/2021 en el Boletín Oficial obliga a presentar el certificado de vacunación si se asiste a ciertas “actividades de mayor riesgo epidemiológico y sanitario”, a saber: “a. Los viajes grupales de egresados y egresadas, de estudiantes, jubilados y jubiladas, o similares. b. Las actividades en discotecas, locales bailables o similares que se realicen en espacios cerrados. c. Las actividades en salones de fiestas para bailes, bailes o similares que se realicen en espacios cerrados. d. Eventos masivos organizados de más de MIL (1000) personas que se realicen en espacios abiertos, cerrados o al aire libre”[xiii]. En consecuencia, para trabajar no es necesario acreditar que se está vacunado contra el coronavirus. La vacunación contra el Sars-Cov-2 no es obligatoria en la República Argentina. Aun así, la mayoría de la población se vacunó de manera “voluntaria”: en la ciudad de Buenos Aires el 90% de la población mayor de 3 años tiene el esquema completo de vacunación, el 94% tiene al menos una dosis y el 54% tiene una dosis de refuerzo[xiv]; en la provincia de Buenos Aires el 82% de la poblacion mayor de 3 años tiene el esquema completo de vacunación, el 93% tiene al menos una dosis y el 35,50% tiene una dosis de refuerzo[xv]. Al mismo tiempo, quienes están vacunadxs pueden contagiarse de coronavirus, al igual que las personas no inoculadas.

No cabe duda de que esta ilegal medida (exigir a lxs trabajadorxs el certificado de vacunación) busca generar recelos entre lxs trabajadorxs, favoreciendo la caza de brujas de quienes no se inocularon. Esta persecución civil y laboral se inserta en el más amplio mecanismo de control social que implica la presentación del certificado. Ejemplo de esto es la medida del gobierno peronista de la provincia de Santa Cruz, que impuso como condición para tener clases presenciales en todos los niveles educativos la obligación de presentar el certificado de vacunación[xvi] incluso en lugares donde no hay circulación del patógeno. Así, por ejemplo, en El Chaltén, donde hay cero casos (sí, ningún caso) entre la población, la totalitaria medida deja sin clases presenciales a niñxs no vacunadxs y que no tienen covid.

Estamos en presencia de una suerte de apartheid sanitario que restringe derechos ciudadanos fundamentales, como en el referido caso de la educación. Este cerco sanitario que restringe y hasta anula derechos humanos básicos también se está exigiendo para trabajar, como ocurre en diversas provincias de Argentina y en toda Italia y Austria.

El Estado argentino, también por medio del Ministerio de Cultura, está exigiendo el “pase sanitario” para actividades recreativas no contempladas en la mencionada “Decisión Administrativa 1198/2021”. Así, desde el 10/2/2022 y “para seguir cuidando la salud y la seguridad de todos y todas”, se exige el “Pase Sanitario a las personas mayores de 13 años que quieran recorrer el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur”[xvii]. Ninguna duda cabe de que es una medida ilegal. Pero aun si fuera legal, la medida expresa la exacerbación totalitaria, ya que los museos nacionales son mausoleos a los que no va ni siquiera un alma… Esta medida aplicada por el Museo Malvinas muestra esplendorosamente (aunque también patéticamente) la vocación autoritaria de control social del Estado que quebranta la propia ley estatal sobre la “prevención” del covid (la mencionda decisión administrativa 1198/2021).

Hicimos hincapié en lo “legal” pero esto no significa que todo lo legal esté “bien”. Así, como hemos referido, es “legal” que a quienes no estamos afiliadxs a los sindicatos ATE y UPCN se nos esquilme una parte del salario, pero no deja de ser un acto de pillaje: en el medioevo el señor feudal se apropiaba de parte del fruto del trabajo de lxs siervxs de la gleba, una medida absolutamente “legal”, pero no dejaba de ser un acto de pillaje; también la esclavitud de personas fue legal en el capitalismo…

Invitamos a lxs trabajadorxs a auto-organizarse por fuera de las estructuras sindicales, a fortalecer los lazos de camaradería, a resistir el ataque permanente del tridente Estado-Patronal-Sindicato para que no sólo dejen de pegarnos abajo sino para empezar a atacarlos.

ATACA

16-2-2022


[i] Cuando lanzamos el relevamiento definimos quiénes son trabajadorxs en relación de dependencia: “ATACA considera que son trabajadorxs de cultura en relación de dependencia aquellxs que reciben un salario/remuneración/ingreso mensual por el trabajo desempeñado no ‘ocasionalmente’/’eventualmente’. Esto incluye a trabajadorxs explotadxs ‘en blanco’ (contratadxs por tiempo indeterminado, con ‘estabilidad laboral’, ‘de planta permanente’) o bajo los términos establecidos en las diversas modalidades de contratación ‘precarias’ (asalariadxs con contratos de trabajo ‘a término’ –generalmente anuales–, de ‘planta transitoria’; formalmente no asalariadxs como lxs ‘monotributistas’; ‘tercerizadxs’/’externalizadxs’; ‘trianguladxs’ –vía ‘fundaciones’, ‘organismos internacionales’, etc. –), etc., que realizan tareas habituales y permanentes y por ello reciben un salario/remuneración generalmente expresado en dinero. En consecuencia, ATACA considera que es trabajador/a en relación de dependencia toda persona que hace tareas ‘habituales y permanentes’, más allá de la modalidad de contratación que obtuvo, se le adjudicó o le tocó en suerte”. Ver https://laculturanoseachica.wordpress.com/2020/06/24/despidos-de-trabajadorxs-de-cultura-en-relacion-de-dependencia-relevamiento-de-ataca/.

[ii] https://laculturanoseachica.wordpress.com/2020/07/15/despidos-de-trabajadorxs-de-cultura-en-relacion-de-dependencia-resultado-del-relevamiento-y-declaracion-de-ataca/.

[iii] Sí, destacamos que hubo asalariadxs que siguieron cobrando sin trabajar porque –a diferencia de los sindicatos– no nos interesa hacer una defensa corporativa de la condición asalariada. Más aún, los sindicatos ATE y UPCN defienden a “trabajadorxs” que no trabajan, tareas no realizadas que son absorbidas por otrxs trabajadorxs que generalmente están muy precarizadxs (“monotributistas” o asalariadxs que no son de “planta permanente”) y así son hiperexplotadxs. Sí, el Estado es un paquidermo que no sólo esquilma a la mayoría de la población (vía impuestos –por ejemplo a las “ganancias”, que no son tales en el caso de lxs trabajadorxs ya que el salario no es ganancia–, devaluaciones, inflación, etc.) sino que mantiene parásitos (sobre todo del funcionariado “político”).

[iv] Teléfonos móviles personales, no laborales, que oportunamente pagamos de nuestro bolsillo. Servicio de mensajería (“whatsapp”) que utilizamos gracias a que le pagamos mensualmente a una empresa de telecomunicaciones.

[v] Resolución 21/2020: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/226869/20200317.

[vi] Resolución 1552/2012: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/200000-204999/204726/norma.htm.

[vii] Y no mencionamos la complicación –fuente de disputas conyugales y filiales– de tener que compartir la computadora, la inestabilidad de la conexión a Internet cuando es consumida por más de un dispositivo electrónico al mismo tiempo, el obligar a hacer silencio a otros miembros del hogar cuando se mantenían reuniones laborales por “zoom” o “meet”, trabajar en horarios por demás flexibles y flexibilizados, etc.

[viii] https://www.infobae.com/economia/2021/02/10/en-2020-los-salarios-en-blanco-volvieron-a-perder-contra-la-inflacion/.

[ix] https://www.ambito.com/economia/comercio/acuerdo-y-camaras-la-reduccion-salarial-del-25-empleados-suspendidos-n5099016.

[x] https://prensaobrera.com/sindicales/municipales-larreta-y-sutecba-acuerdan-el-techo-salarial-de-alberto-fernandez/.

[xi] Diferente es el aporte de cuota sindical: quienes están afiliadxs de manera voluntaria a un sindicato hacen un aporte “solidario” al Sindicato.

[xii] https://convenios.ate.org.ar/wp-content/uploads/2021/12/Acta-Negociadora-General-CCTG-214_06-28.12.21.pdf.

[xiii] https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/254239/20211213.

[xiv] Datos del 15/2/2022 leídos en https://www.buenosaires.gob.ar/coronavirus/datos/vacunacion.

[xv] Datos del 15/2/2022 leídos en https://portal-coronavirus.gba.gob.ar/sala-de-situacion.

[xvi] https://ahoracalafate.com.ar/contenido/9760/oficial-en-santa-cruz-no-tendran-clases-presenciales-quienes-no-se-hayan-vacunad.

[xvii] https://www.instagram.com/p/CZxQoI8veD0/. El Museo Malvinas depende de la Dirección Nacional de Museos del Ministerio de Cultura.

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COVID-19: otras lecturas de (y en) este arresto colectivo dispuesto por el Estado nacional argentino (y por otros Estados en el resto del mundo)

Compartimos con lxs trabajadorxs con conciencia de clase algunos textos:

1) Desde la región española, camaradas libertarixs se posicionan contra el uso obligatorio del -como se promociona desde el Estado argentino- “tapabocas”: “la función de la mascarilla no es sanitaria, sino político-religiosa: no se trata de recomendaciones más o menos razonables, sino de una imposición legal, de un acto de fuerza; no se trata de mirar por la salud, sino de que se cumpla el ritual de adhesión y de obediencia, que es la manera única y obligatoria de conjurar la amenaza abstracta y de evitar el castigo concreto”.

2) Desde la región argentina, camaradas libertarixs advierten: “Así como múltiples instituciones se replegaron en el encierro del hogar, ahora podemos ver cómo la lógica de estas mismas instituciones se extiende sobre el cuerpo social. Las relaciones que organizan ciertas instituciones como las que se respiran en la escuela, el hospital o la familia las encontramos ahora como las únicas explicadoras del funcionamiento de lo social”.

https://tigrenoesmiami.wordpress.com/2020/08/25/pacientes-y-educadxs/

3) También desde la región argentina, camaradas libertarixs nos recuerdan con Mijaíl Bakunin: “Un cuerpo científico al cual se haya confiado el gobierno de la sociedad acabará pronto por no ocuparse absolutamente nada de la ciencia, sino de un asunto distinto; y ese asunto, el de todos los poderes establecidos, será el de eternizarse haciendo que la sociedad confiada a sus cuidados se vuelva cada vez más estúpida, y por consecuencia más necesitada de su gobierno y de su dirección”.

https://lacalderalibros.tumblr.com/post/620828891366506496/sobre-el-contagio-de-los-discursos

4) Finalmente, desde el explotador y dominador Soviet Mundial de Estados del Capital y a un año exacto de su publicación dejamos aquí el informe preparado por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, donde entre otros asuntos por demás interesantes se lee que “aumentan las probabilidades de que se declare una pandemia a escala mundial. (…) Una liberación intencionada [de microorganismos] complicaría la respuesta al brote epidémico resultante, ya que, además de decidir la forma de luchar contra el patógeno, habría que introducir medidas de seguridad que limitarían el intercambio de información y fomentarían las divisiones sociales. En conjunto, los eventos naturales, accidentales o intencionados causados por patógenos respiratorios de gran impacto plantean «riesgos biológicos catastróficos a escala mundial»”.

https://apps.who.int/gpmb/assets/annual_report/GPMB_Annual_Report_Spanish.pdf

Disfruten de la lectura crítica de estos textos como parte de la preparación ideológica para enfrentar al tridente burgués Capital-Estado-Sindicato en la región argentina y en el resto de este inmundo mundo burgués.

ATACA

12/09/2020

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Despidos de trabajadorxs de cultura en relación de dependencia: resultado del relevamiento y declaración de ATACA

RELEVAMIENTO DESPIDOS Va esta imagen de David Weiss y Peter Fischli - Equilibres (A new day begins), 1984

Imagen: David Weiss y Peter Fischli, Equilibres (A new day begins), 1984

Durante las fases de baja de los precios en el mercado y durante las fases de crisis y estancamiento, el obrero, si es que no se ve arrojado a la calle, puede estar seguro de ver rebajado su salario. Por eso el obrero debe forcejear con el capitalista, incluso en las fases de baja de los precios en el mercado.

Karl Marx, Salario, precio y ganancia, 1865

 

En el mes de junio impulsamos un relevamiento de despidos durante la vigencia del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” (ASPO) decretado por el gobierno nacional encabezado por Alberto Fernández. El objetivo era reunir información sobre despidos de trabajadorxs de cultura en relación de dependencia (incluidxs “monotributistas” y asalariadxs con contrato a término, entre otras modalidades legales de explotación laboral de personas que desarrollan tareas habituales y permanentes para un/a empleador/a) acontecidos no sólo en la ciudad de Buenos Aires (CABA) sino en el resto del país.

Entre la información recibida, hemos encontrado referencias a despidos de trabajadorxs de cultura sucedidos en las provincias de Buenos Aires, Tierra del Fuego y Santa Fe antes del comienzo del ASPO. Si bien nuestro objetivo es dar cuenta de la situación de desempleo durante la vigencia del ASPO, no queríamos dejar de señalar sobre dichos despidos, uno de ellos de una trabajadora que estaba embarazada y a quien no le renovaron el contrato laboral. También hemos recibido información sobre trabajadorxs monotributistas a quienes la patronal obliga a facturar por menos del monto acordado antes del ASPO, pese a que siguen desempeñando tareas desde sus hogares y con la misma carga horaria y de trabajo (modalidad “home office”); y trabajadorxs eventuales (“talleristas”) que al estar vigente la prohibición estatal de dar clases de manera presencial no pudieron seguir trabajando. Finalmente, señalamos que pasada nuestra convocatoria, en el preciso momento en que comenzamos a elaborar esta declaración, nos llegó la información de que desde el 1/7/2020 117 trabajadorxs están sin trabajo ya que fueron despedidxs (“no renovación de contratos” en el eufemístico lenguaje de la Patronal) por la Municipalidad de Córdoba; lxs trabajadorxs desempeñaban tareas en la Secretaría de Cultura y Educación, algunxs de ellos en el Centro Cultural España Córdoba y en el Museo San Alberto.

Respecto de la cantidad de trabajadorxs de cultura despedidos entre el 20 de marzo y el 30 de junio de 2020, nos llegó la siguiente información:

  • Museo de Arte Moderno (MAMBA) – CABA: 12 trabajadorxs despedidxs, todxs “monotributistas” empleadxs por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires que desempeñaban tareas como educadorxs, consejerxs de niñxs, guardias/cuidadorxs de sala, y en las áreas de producción y eventos. El MAMBA pertenece al Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires.

  • Teatro Colón – CABA: 25 trabajadorxs despedidxs, todxs “tercerizadxs” por medio de la empresa Goliardos SRL (Eternautas) que trabajaban en visitas guiadas. El Teatro Colón es un ente autárquico del Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires.

  • Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) – CABA: 10 trabajadorxs de seguridad, todxs “tercerizadxs” por medio de la empresa Maguen Protección SRL. El MNBA es un organismo desconcentrado del Ministerio de Cultura de la Nación.

Nótese que todxs lxs trabajadorxs despedidxs tenían contratos precarios, tanto quienes estaban explotadxs por la patronal de Estado nacional como por la patronal de Estado de la ciudad de Buenos Aires. El resultado del relevamiento es limitado: nuestro ámbito de inserción laboral es principalmente en museos, archivos y bibliotecas de la ciudad de Buenos Aires. En consecuencia, también el resultado de la convocatoria es modesto: apenas muestra el detalle de un gigantesco cuadro de desocupación e informalidad laboral en el ámbito de la “cultura”. Y este cuadro de desocupación e informalidad laboral en el ámbito cultural se inserta en otro más abarcativo. De acuerdo a estimaciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), entre el 20/3/2020 y el 12/5/2020 alrededor de 900.000 personas perdieron su trabajo, entre ellas 190.000 asalariadxs formales y 180.000 asalariadxs informales (“Coronavirus. Para la UCA, hay 860.000 empleos menos”, La Nación, 5/6/2020: https://bit.ly/2C5GY8o + “Para la UCA unas 900.000 personas perdieron su trabajo durante la cuarentena”, Infobae, 5/6/2020: https://bit.ly/3fq29AJ); complementariamente, un estudio recientemente divulgado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) señala que el “Observatorio Despidos durante la Pandemia” relevó desde el 20/3/2020 hasta el 25/5/2020 un total de 1.786.878 suspensiones y 1.795.888 trabajadorxs afectadxs por rebajas salariales (“Procesos de conflictividad laboral en el marco de la pandemia del COVID-19 en Argentina (marzo-mayo 2020)”, publicado en “junio 2020” como “documento de trabajo” en https://bit.ly/38PTyEJ). De ahí que en el contexto que estamos atravesando, y pese al intento gubernamental por maquillar la situación laboral de quienes tenían un trabajo “en blanco” antes del inicio de la “pandemia”, somos plenamente conscientes de que un elevado porcentaje de la economía argentina sostiene su vitalidad capitalista sobre los hombros de trabajadorxs que padecen la (sobre)explotación por medio de una situación contractual frágil, cuando no invisible. Y decimos “(sobre)explotación” porque desde el 20 de marzo de 2020 una excesiva carga laboral recae sobre trabajadorxs “esenciales” que trabajan bajo condiciones laborales denigrantes (por ejemplo lxs trabajadorxs de “plataformas digitales” -repartidorxs de comida-, quienes están hiperexplotadxs durante el ASPO); o trabajadorxs “monotributistas” que no no gozan de los derechos cristalizados en convenios laborales que sí tienen lxs asalariadxs “en blanco”, “de planta permanente”. En un contexto donde el porcentaje de informalidad laboral es gigantesco, el decreto “antidespidos” del gobierno nacional peronista revela la irrelevancia de la medida, ya que no contempla a las víctimas más endebles del “mercado laboral” argentino: quienes estamos/están con contratos (si es que éstos existen) precarios y quienes están desocupadxs.*

En el ámbito de la “cultura”, sin importar la jurisdicción donde se desarrollen las tareas, el caudal de contrataciones precarias es igual de elevado que en el panorama laboral general. Preocupadxs por esta situación, por vivirla en carne propia y por haber observado la discrecionalidad con que la patronal (de Estado o no, respaldada por leyes laborales que ella misma ha creado) “prescinde” de trabajadorxs, nuevamente intentamos remarcar las zonas del conflicto coyuntural que están muy por fuera de la agenda de los grandes medios de comunicación, de los partidos políticos y de sus vertientes sindicales.

Durante los últimos meses que coinciden con la vigencia del ASPO, varixs directorxs de instituciones culturales (estatales y no estatales, algunxs incluso responsables directos de los despidos, como en el caso del MAMBA) comenzaron a utilizar la palabra “precarización” para referirse al estado presupuestario actual de la cultura. Pero esxs mismxs responsables, que parecieran descubrir por golpe de varita mágica la palabra “precarización”, sólo la entienden porque ahora el presupuesto de sus instituciones es “volátil” y el futuro de sus programaciones “culturales” y la proyección de sus carreras burocráticas personales parecieran pender de un hilo. Nosotrxs, como trabajadorxs, debemos recordarles a estxs administradorxs de lxs asuntos de la burguesía (y acá incluimos al Estado, que no es “nuestro” sino del Capital, ya que es una relación social de dominación que defiende, conserva y reproduce las condiciones que posibilitan la reproducción ampliada de la ley del valor) que la “precarización” afecta en primer lugar a quienes somos explotadxs por la burguesía y su Estado, que la “cultura” seguirá siendo precaria en tanto esa precariedad siga estando encarnada en el sufrimiento vital padecido por sucesivas generaciones de trabajadorxs. Es preciso que adoptemos una lectura de clase de cuáles son nuestras tareas y responsabilidades en el entramado laboral en general y de la “cultura” en particular. No tiene sentido seguir produciendo contenidos culturales “emancipatorios” desde las instituciones que nos explotan si al mismo tiempo no podemos aliarnos con compañerxs que acaban de ser lanzadxs al feroz circo del desempleo y la indefensión. La tarea no es fácil: la conciencia proletaria de clase no abunda y estamos cercadxs por un común enemigo conformado por la Patronal, el Estado y el Sindicato.

Como insistimos desde que nos constituimos como colectivo no sindical de trabajadorxs de cultura en relación de dependencia de la ciudad de Buenos Aires, la situación de precarización laboral se viene normalizando desde hace más de 20 años en la región argentina. Este empeoramiento de las condiciones de contratación de nuestra fuerza de trabajo se combina con la actual situación de desempleo, que se agravará durante lo que resta de 2020 y continuará agravándose en 2021 no sólo en nuestra región sino en todo el mundo. Precarización laboral + desempleo masivo = miserables condiciones de vida.

No sabemos qué resultado arrojará la lucha de clases nacional e internacional. Sí sabemos que el gobierno nacional, la patronal y los sindicatos están aprovechando la actual “crisis capitalista” para empeorar nuestras condiciones laborales y abaratar aún más el precio de venta de nuestra fuerza de trabajo. En la región argentina, ejemplo de ello es el acuerdo entre la UIA y la CGT firmado durante la vigencia del ASPO, que estipula una rebaja salarial del 25%; acuerdo que contó “con la venia de Claudio Moroni” (ministro de Trabajo) según difundió el 28/4/2020 un medio de prensa cuyo dueño es el sindicalista, empresario, secretario de estadísticas de la CGT y presidente del Partido Justicialista de la ciudad de Buenos Aires Víctor Santamaría (“Acuerdo entre la CGT y la UIA sobre suspensiones y rebajas salariales”, Página/12, https://bit.ly/2WafAgA).+ En el mismo sentido hay que leer las declaraciones de Armando Cavalieri, mafioso sindical que sojuzga a lxs trabajadorxs de comercio, quien sin ambages favorece la “imposición” de una reforma laboral: “tenemos que definir un nuevo país: sentarnos a una mesa y pensar qué le falta a los empresarios para decidir sus inversiones y qué costo laboral necesitan para la competitividad laboral” (“Coronavirus en la Argentina: Armando Cavalieri pide que abran los comercios y advierte que la pandemia ‘impondrá una reforma laboral’”, La Nación, 23/5/2020: https://bit.ly/2Wcboga). Se trata de aplicar ahora la receta que habían diseñado antes del establecimiento del ASPO, cuando Argentina ya estaba en recesión. En efecto, en septiembre de 2019, antes del triunfo peronista en las elecciones presidenciales, rodeado de representantes de la UIA y de la CGT, Alberto Fernández había señalado que “como estamos muy mal, nos vamos a tener que poner de acuerdo los que producen, los que trabajan y los que conducen el Estado”, en referencia al tridente burgués conformado por lxs empresarixs (“los que producen”), los sindicatos (“los que trabajan” de burócratas conciliadores de clases, quienes detentan el monopolio legal de la representación de lxs que efectivamente trabajamos/producimos) y el gobierno nacional peronista (“los que conducen el Estado”) (“Un ensayo del acuerdo económico y social”, Página/12, 12/9/2019: https://bit.ly/3gPwtF4); un día antes, el empresario sindicalista Hugo Moyano había dicho que “todos tenemos que aportar algo si queremos sacar el país adelante, yo estoy dispuesto a hacerlo: cada actividad debe adaptarse a las necesidades económicas” (“Moyano acepta flexibilizar convenios para destrabar el pacto social de Alberto y la UIA”, La política online, 11/9/2019: https://bit.ly/2OkDDVu); y un mes después (el 6 de octubre de 2019), el sindicalista y diputado peronista Hugo Yasky, en referencia al “pacto social entre los que producen, los que trabajan y los que conducen el Estado”, expresó: “Alberto [Fernández] ha planteado algo que compartimos en el sentido [de] que hay que atender las urgencias. […] Si para resolver eso hay que plantear por un determinado [lapso] de tiempo un congelamiento de precios y salarios con la perspectiva de Alberto es absolutamente lógico y razonable” (“Yasky consideró ‘lógica y razonable’ la posibilidad de que se plantee un ‘congelamiento de salarios’”, Política argentina, 7/10/2019: https://bit.ly/302VMfZ).

Volvemos a remarcar en nuestra bandera de lucha:

¡Reincorporación de lxs trabajadorxs despedidxs!

¡Pase a planta permanente de todxs lxs trabajadorxs precarizadxs y estabilidad laboral!

¡Aumento salarial YA!

¡Unidad y solidaridad entre explotadxs!

¡Libertad de asociación en la región argentina y en todo el mundo!

ATACA

15/7/2020

NOTAS

* La “prohibición de despidos” que decretó el gobierno de Alberto Fernández, lejos de ser un aliciente para el presente y futuro de lxs trabajadorxs, apenas pretende impedir que se echen trabajadorxs asalariadxs legalmente registradxs, “formales”, “en blanco”. Decimos “pretende” porque es de público conocimiento que se produjeron despidos y hasta cierres de empresas que consecuentemente dejaron en la calle a miles de trabajadorxs. Y decimos “formales”, “en blanco” porque nos interesa destacar que según estimaciones recientes la mitad de quienes trabajan lo hacen de manera “informal”: “la torta del empleo se compone de la siguiente manera: 50% de los ocupados son asalariados formales, 25% asalariados en negro, 25% cuentapropistas (dos tercios de ellos están en negro y un tercio en blanco). ‘La informalidad que mide el Indec es la informalidad entre los asalariados, que arroja una cifra de 35%; pero si uno suma los cuentapropistas, se podría decir que el número total de empleo informal se acerca al 50%’” (“El empleo informal crece en la Argentina al ritmo de las sucesivas crisis”, La Nación, 12/4/2020: https://bit.ly/38QsRA3).

+ El acuerdo entre la CGT y la UIA fue homologado por el gobierno nacional el 30/4/2020 y prorrogado por 60 días más el 5/6/2020: “Ministerio de Trabajo homologó el acuerdo entre UIA y CGT sobre suspensiones temporarias y quita salarial”, Ámbito, 5/6/2020: https://bit.ly/3fx0Jo1.

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Despidos de trabajadorxs de cultura en relación de dependencia – Relevamiento de ATACA

flyer-2-RELEVAMIENTO-DE-ATACA

Desde ATACA (Asamblea de Trabajadorxs Autoconvocadxs de Cultura de la Argentina) nos proponemos reunir información sobre despidos (“desvinculaciones”, “no renovación de contratos”) acontecidos desde el inicio del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” (ASPO) en el ámbito estatal (nacional, provincial, municipal, de la ciudad de Buenos Aires -CABA-) y privado de museos, bibliotecas y archivos, así como en direcciones, subsecretarías, secretarías y ministerios del área de cultura de todo el país, sean dichos organismos públicos “municipales”, “provinciales”, “nacionales” o mixtos.

Invitamos a lxs trabajadorxs de cultura en general y de museos, archivos y bibliotecas en particular directamente afectadxs (“despedidxs”, “desvinculadxs”, con “contratos no renovados” o “dados de baja”, etc.), o bien a lxs laburantes no directamente afectadxs pero que puedan reunir información al respecto desde su ámbito laboral a que nos escriban ANTES DEL 30 DE JUNIO a laculturanoseachica@gmail.com, en lo posible puntualizando:

1) nombre del museo, biblioteca, archivo u organismo en el que se produjeron despidos, indicando la cantidad;

2) lugar geográfico (provincia/localidad);

3) pertenencia institucional (“municipal”, “nacional”, “provincial”, “privado”; si es “mixta” especificar);

4) función/funciones desempeñada/s por el/la/lxs trabajadxr/xs despedidx/s;

5) modalidad de contratación de el/la/lxs trabajador/a/xs despedidx/s.

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¿Quiénes somos “trabajadorxs de cultura en relación de dependencia”?

Para ATACA son trabajadorxs de cultura no sólo quienes tienen una formación profesional ad hoc (muséologxs, bibliotecarixs, archivistas, etc.) y laboran en empresas o instituciones tales como museos, bibliotecas, etc. (del ámbito público -estatal o no- y privado) sino quienes prestan servicios para y/o en el área de “cultura” (trabajadorxs de limpieza “tercerizadxs”; administrativxs “monotributistas”, asalariadxs de planta permanente o transitoria, etc.; educadorxs; profesionales de la comunicación; curadorxs; etc.).

Así, ATACA considera que son trabajadorxs de cultura en relación de dependencia aquellxs que reciben un salario/remuneración/ingreso mensual por el trabajo desempeñado no “ocasionalmente”/“eventualmente”. Esto incluye a trabajadorxs explotadxs “en blanco” (contratadxs por tiempo indeterminado, con “estabilidad laboral”, “de planta permanente”) o bajo los términos establecidos en las diversas modalidades de contratación “precarias” (asalariadxs con contratos de trabajo “a término” -generalmente anuales-, de “planta transitoria”; formalmente no asalariadxs como lxs “monotributistas”; “tercerizadxs”/“externalizadxs”; “trianguladxs” -vía “fundaciones”, “organismos internacionales”, etc.-), etc., que realizan tareas habituales y permanentes y por ello reciben un salario/remuneración generalmente expresado en dinero.

En consecuencia, ATACA considera que es trabajador/a en relación de dependencia toda persona que hace tareas “habituales y permanentes”, más allá de la modalidad de contratación que obtuvo, se le adjudicó o le tocó en suerte. En este sentido, por ejemplo, lxs trabajadorxs monotributistas “autónomxs” contratados por el Estado nacional bajo la figura contractual de “locación de obra” que realizan su trabajo en algún organismo del área de “cultura” son laburantes en relación de dependencia; estxs trabajadorxs hacen sus tareas de manera habitual y permanente al lado o en contacto con otrxs trabajadorxs en relación de dependencia (asalariadxs precarizadxs, asalariadxs “de planta permanente”, etc.). Otro ejemplo: trabajadorxs de una empresa tercerizada; aquí, supongamos una municipalidad de la provincia de Buenos Aires, contrata a una empresa externa -no perteneciente al Estado- para que provea el servicio de “limpieza” en un museo: esxs trabajadorxs “externxs”, “tercerizadxs”, contratadxs por la “empresa de limpieza”, realizan tareas habituales y permanentes para el Estado municipal y conviven en (o transitan) un mismo espacio laboral con otrxs trabajadorxs (“monotributistas”, “asalariadxs con contrato a término”, “asalariadxs con estabilidad en el empleo”, etc.).

Valgan estos ejemplos para que, como trabajadorxs de cultura en relación de dependencia, no internalicemos como propio el lenguaje y la praxis de la patronal que nos somete: quien presta servicios a lo largo de un período de tiempo (un año, por ejemplo) lo hace de manera habitual; si esa persona renueva una y otra vez su situación laboral, no es un/a trabajador/a “eventual” sino permanente. Son trabajadorxs en relación de dependencia no sólo lxs que tienen “estabilidad en el empleo” (“en blanco”, “de planta permanente”, con “contratos por tiempo indeterminado”) sino lxs que están obligadxs a renovar periódicamente sus contratos laborales si quieren sobrevivir en esta sociedad capitalista.

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¿Qué es ATACA?

ATACA es una asociación no sindical de trabajadorxs de cultura en relación de dependencia que actúa en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Está conformada por trabajadorxs de museos, de archivos y de bibliotecas dependientes del Estado nacional, del Estado de la ciudad de Buenos Aires, de la Universidad de Buenos Aires y de otras jurisdicciones; de programas, áreas y organismos dependientes no sólo de los ministerios de Cultura de la Nación y de la ciudad de Buenos Aires sino del Ministerio de Justicia de la Nación y de otros ministerios de los Estados nacional y de la ciudad de Buenos Aires.

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¿Despidos de trabajadorxs de cultura? Relevamiento de ATACA

relevamiento despidos

Desde ATACA (Asamblea de Trabajadorxs Autoconvocadxs de Cultura de la Argentina) nos proponemos reunir información sobre despidos (“desvinculaciones”, “no renovación de contratos” como también se les suele llamar) acontecidos desde el inicio del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” (ASPO) en el ámbito estatal (nacional, provincial, de la ciudad de Buenos Aires, municipal) y privado de museos, bibliotecas y archivos, así como en direcciones, subsecretarías, secretarías y ministerios del área de cultura de la República Argentina, sean dichos organismos públicos “municipales”, “provinciales”, “nacionales” o mixtos.

Según proyecciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina dadas a conocer en la prensa, entre el 20 de marzo y el 12 de mayo perdieron su trabajo entre 150.000 y 190.000 trabajadorxs formales (“en blanco”) y 180.000 trabajadorxs informales (“en negro”). Sin embargo, no tenemos cifras que den cuenta de la situación de desempleo en el área de cultura en general y de museos, bibliotecas y archivos en particular suscitada durante el ASPO.

Por tal motivo les acercamos esta inquietud ya que nos interesa tener un panorama lo más amplio posible. En primer lugar para tener una idea aproximada (cualitativa y cuantitativa) de la situación de desempleo en el ámbito de la cultura en estos días de vigencia del ASPO; en segundo lugar para dar urgente visibilidad a la situación que estamos atravesando lxs trabajadorxs de cultura.

Lxs invitamos a colaborar con esta tarea y ayudarnos a reunir información al respecto desde su ámbito laboral. Nos pueden escribir (puede ser de manera “anónima”) ANTES DEL 30 DE JUNIO a laculturanoseachica@gmail.com, en lo posible puntualizando:
1) nombre del museo, biblioteca, archivo u organismo en el que se produjeron despidos, indicando la cantidad;
2) lugar geográfico (provincia/localidad);
3) pertenencia institucional (“municipal”, “nacional”, “provincial”, “privado”; si es “mixta” especificar);
4) función/funciones desempeñada/s por el/la/lxs trabajadxr/xs despedidx/s;
5) modalidad de contratación de el/la/lxs trabajador/a/xs despedidx/s.

¡Agradecemos la colaboración y difusión de esta iniciativa!

#LaCulturaNOseAchica #ATACA

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Los sindicatos perpetúan la esclavitud asalariada

das KAPITAL

I

Si bien desde el momento en que se constituyó ATACA (al calor de la lucha de clases, en febrero de 2016, como reacción a los despidos masivos de trabajadorxs del Estado nacional) activaban en nuestro espacio asambleario algunxs trabajadorxs que también eran sindicalistas de disímil signo ideológico, a medida que pasaba el tiempo la Asamblea se iba desmarcando de las expresiones autoritarias, burocráticas, estatistas y sindicalistas mientras afianzaba su orientación libertaria, anti-capitalista, anti-estatal y anti-sindicalista. Así, el 23 de junio de 2016 señalamos: “ATACA repudia la decisión judicial de limitar el derecho de huelga. (…) Entregar el derecho a huelga exclusivamente a los sindicatos como acaba de hacer la Corte Suprema es entregárselo a organizaciones gremiales que desde ATACA conocemos tristemente bien. Varios de nosotros, para citar un ejemplo, sufrimos en carne propia el rechazo de los sindicatos ‘legitimados’ en forma de patoterismo y amenazas a la autoconvocatoria, las acciones directas o la toma de decisiones alternativas. (…) La legitimidad de una medida de fuerza la define la necesidad particular del colectivo de trabajadores. Y desde ATACA luchamos justamente para ampliar la libertad de los trabajadores para decidir colectivamente cómo organizarse, cómo manifestarse y cómo vivir” (de nuestro comunicado en bit.ly/30eqpRF). Luego de ese artículo, a medida que ATACA ahondaba su perspectiva de lucha ideológica anti-sindical, varixs exintegrantes de la Asamblea se transformaban en sindicalistas, inclusive algunxs de ellxs todavía pastan y pastorean en la Junta Interna de ATE-Cultura, por ejemplo.

En 2017 la Asamblea profundizó aún más su perspectiva anti-burocrática, que expresó públicamente en algunos artículos con especial eje en la crítica al sindicato ATE, ya que la mayoría de lxs trabajadorxs que activaban en ATACA tenía como Patrón en los galpones y oficinas al Estado nacional y al Estado de la ciudad de Buenos Aires, donde dicho sindicato (junto con UPCN en Nación y SUTECBA en CABA) se arroga la representación de lxs laburantes estatales; y ATE se presentaba (entonces, antes y ahora) como “combativo” y “democrático”, un sindicato que por medio de sus sindicalistas se vanagloria/ba de no ser “ni de los gobiernos ni de los patrones”. Del año 2017, destacamos particularmente el informe dividido en dos partes dedicado a la situación de lxs trabajadorxs de la Biblioteca Nacional en 2016, año en que la patronal de Estado despidió a 240 laburantes de dicha biblioteca. En estos informes señalamos “el rol patotero, policial y patronal de los sindicatos ATE, UPCN y SOEME para sofocar las luchas reivindicativas de lxs trabajadorxs” (ver “Biblioteca Nacional – Bochorno Nacional” en dos partes: bit.ly/3dBNXDS + bit.ly/3gR9vyc).

Sin embargo, fue el 30 de marzo de 2017 donde pretendimos sistematizar una crítica al Sindicato desde una perspectiva poco transitada en la literatura (y lucha) anti-sindical: la del análisis semiológico. En efecto, a raíz de una serie de palabras adjudicadas por el diario Página/12 a ATACA, “textuales” que no fueron pronunciados por nosotrxs, nos dedicamos a analizar el discurso burocrático de lxs sindicalistas y apuntamos algunas reflexiones en torno del rol de la escritura. Partíamos de aclarar que “nos detenemos en la palabra escrita -y más aún en aquella inmodificable como es la del diario impreso en papel- por varias razones. Muchos pensadores han atestiguado sobre el rol de la escritura en distintas civilizaciones, pero seguiremos aquí las ideas de Claude Lévi-Strauss expuestas en su libro Tristes trópicos. Fue este antropólogo francés quien descubrió que la escritura (mucho después de los otros grandes inventos de la humanidad neolítica) acompañó el grave proceso de formación de las ciudades y de los imperios, es decir, ‘la integración de un número considerable de individuos en un sistema político, y su jerarquización en castas y en clases’. Por eso para Lévi-Strauss la escritura ‘parece favorecer la explotación de los hombres antes que su iluminación’ (mientras que sus usos intelectuales y estéticos son de aparición secundaria)”. Allí mismo caracterizamos que “los sindicatos reproducen la lógica de dominación del capitalismo que tan bien explicitaron y explicaron Karl Marx, Max Weber y Mijail Bakunin, entre otros: es la misma especialización derivada de la división social del trabajo la que genera un ejército de burócratas que monopolizan funciones. ¿Acaso los sindicatos no son como Estados en miniatura, artefactos kafkianos especializados en frustrar la vitalidad de los ciudadanos/trabajadores? [] El comportamiento de la burocracia sindical es un reflejo de lo que ocurre (y ocurrió) en otros ámbitos de la vida social. Así, Robert Michels en su obra Los partidos políticos explicó la ‘ley de hierro de la oligarquía’: «En toda organización, ya sea un partido político, de gremio profesional u otra asociación de ese tipo, se manifiesta la tendencia aristocrática con toda claridad. (…) La organización es la que da origen al dominio de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores. Quien dice organización, dice oligarquía». Tomemos a otro teórico, el militante bolchevique Cristian Racovski, quien estando preso en una de las mazmorras de Stalin, explicó por qué surgió la burocracia soviética: la diferenciación al interior de la clase productora (los funcionarios que se arrogaban el ejercicio de la ‘dictadura del proletariado’ en una formación económica asiática precapitalista compuesta por una amplia mayoría campesina) comenzó siendo ‘funcional’ para convertirse en ‘social’; en 1928 Racovski no dudaba en situar a Stalin y a sus esbirros dentro de una capa privilegiada (cfr. Los peligros profesionales del poder)” (recomendamos enfáticamente la lectura de “Página/12 y el lenguaje de las luchas obreras” en bit.ly/303Gycf).

Dado nuestro curso anti-capitalista, anti-estatal y anti-sindical el 7 de octubre de 2019 publicamos “Sindicatos y modelo sindical en la región argentina”, donde a partir de un comunicado público de la Junta Interna de ATE de la entonces Secretaría (hoy Ministerio) de Cultura de la Nación no sólo desmontamos la patraña construida por dicho sindicato (de que ATE y la “CTA Autónoma” expresaban un “sindicalismo democrático” que se oponía al “autoritario” modelo sindical cegetista) sino que avanzamos una crítica al Sindicato como relación social, estructura e institución capitalistas. En efecto, decíamos allí al comienzo de nuestra intervención que “más allá de ATE y la CTA Autónoma a la que está adherida, nos interesa abordar críticamente la naturaleza de clase de los sindicatos y desnudar la función estructural que cumplen en el mantenimiento del orden capitalista”; y más adelante demostramos cómo en la región argentina el Sindicato como “‘mayorista’ de fuerza de trabajo se convirtió a partir de 1945 en ‘monopolista’, completamente integrado a las estructuras del Estado”; que el Sindicato expresa “la subsunción del trabajo en el capital”; que todo Sindicato “aun el más ‘anticapitalista’, como se autopercibía la ‘anarcosindicalista’ CNT, tiene por función mantener el sistema de trabajo asalariado” (de nuestra caracterización en bit.ly/3eBVnaa).

Andrés Rodríguez Alberto Fernández Armando Cavalieri

Andrés Rodríguez (camisa a cuadros), Armando Cavalieri (con saco, mano en alto) y otros burócratas junto al ahora presidente Alberto Fernández en la sede de la CGT, 8 de noviembre de 2019.

II

Esta larga introducción fue para contextualizar que no nos extraña el nuevo gesto de “unidad sagrada” capitalista del sindicato UPCN con el Estado nacional. Esta unidad no sólo es “económica” (el Estado es la patronal de lxs trabajadorxs estatales) sino “política”, ya que configura un nuevo pacto burgués, esta vez con el nuevo gobierno nacional que ataca no sólo nuestras condiciones de vida por medio de la precarización laboral y la depreciación salarial (las actualizaciones de salarios de lxs trabajadorxs estatales nacionales desde 2007 son pactados por debajo de la inflación anual acumulada, que se traduce en una gigantesca caída del salario real) sino por medio de la restricción de nuestras libertades democráticas, esto es: de la libertad de circulación y de movimiento (suspendidas desde la vigencia del “aislamiento social, preventivo y obligatorio”) que obstaculiza el ejercicio de la libertad de reunión de lxs trabajadorxs (desde ATACA propiciamos las asambleas abiertas a todxs lxs trabajadorxs en cada lugar de trabajo para debatir y decidir, sin representación ni mediación sindical).

En esta situación de ataque a nuestras condiciones económicas (de trabajo, salariales) y políticas (restricción de las libertades democráticas), UPCN reconoce que el gobierno peronista le pidió al sindicato que obligue a lxs trabajadorxs a “hacer un esfuerzo más: el de postergar la negociación paritaria nacional en el marco de la emergencia sanitaria y económica”. Así, no sólo se pospone la negociación paritaria 2020 (donde UPCN otra vez ahondará las condiciones de explotación y permitirá que se deprecie aún más el valor de nuestra fuerza de trabajo con el acostumbrado apoyo “en disconformidad” del sindicato ATE) sino la “revisión paritaria referente al año 2019” (del comunicado de UPCN en bit.ly/36SEntC).

El papel plenamente burgués del sindicato comandado por el empresario sindical y propietario de caballos pur sang Andrés Rodríguez no llama la atención; o mejor dicho: no llama la atención de ATACA, organización gremial no sindical integrada por trabajadorxs de cultura con conciencia de clase. Incluso podríamos decir que UPCN se supera día tras día en su accionar anti-obrerx: no hace mucho tiempo atrás (fines de abril de 2020), en plena pandemia COVID-19, el sindicato avisó que dejaría que “se pierdan derechos” y se eche “gente” si lxs trabajadorxs estatales no acudíamos a nuestros lugares físicos de trabajo. Lo ¿llamativo? del aviso es que por disposición del Estado nacional (que es también Patronal), de acuerdo a las directivas del decreto de “aislamiento social, preventivo y obligatorio”, muchxs trabajadorxs no podían ni pueden concurrir a lxs lugares de trabajo. ATE, el otro sindicato que “representa” a lxs trabajadorxs estatales, no se quedó atrás en su accionar anti-obrerx: por medio del secretario general de la seccional Capital, invitó a lxs laburantes “enfermos” a que “hagan teletrabajo” (ver nuestro comentario crítico en bit.ly/36XpGVX).

Fuera del ámbito sindical que sojuzga a lxs trabajadorxs estatales, los sindicatos no dejan de demostrar su despreciable carácter de clase burgués. Como botón de muestra basten las declaraciones del capo-mafia Armando Cavalieri, quien es secretario general del sindicato de empleadxs de comercio desde hace 34 años. En diálogo con la prensa, este opresor de trabajadorxs expresó con absoluta claridad cuál es la sempiterna función del Sindicato: colaborar con la burguesía para próximamente relanzar las condiciones de explotación (“tenemos que definir un nuevo país: sentarnos a una mesa y pensar qué le falta a los empresarios para decidir sus inversiones y qué costo laboral necesitan para la competitividad laboral”) y ahondar las penurias de vida de la clase obrera en esta coyuntura de “cuarentena” (el 27/4/2020 la federación de sindicatos de empleadxs de comercio pactó una reducción salarial del 25% para lxs trabajadorxs suspendidxs por la pandemia de coronavirus, en línea con los acuerdos propuestos por la cámara empresarial UIA y la central que agrupa a los sindicatos CGT); en síntesis: al Sindicato le interesa cuidar (y en este escenario de crisis capitalista restablecer) la tasa media de ganancia de la burguesía (sobre el “Convenio de emergencia por suspensión de actividades para el sostenimiento de los puestos de trabajo y la actividad productiva” firmado entre la Federación Argentina de Comercio y Servicios y la Cámara Argentina de Comercio leer bit.ly/36VMJkd; sobre la defensa de Cavalieri de una reforma laboral y de un amplio acuerdo social leer bit.ly/2XWEJLx).

MOYANO 2019

«Estamos convencidos que con una reforma laboral no se resuelve esto. Pero estamos convencidos que si hay que resolverlo directamente con cada una de las actividades habrá que hacerlo. Yo estoy dispuesto a hacerlo», dijo Hugo Moyano el 10 de septiembre de 2019.

 

III

El Sindicato, incluso el más “combativo”, es una bolsa de pus. No se trata de un problema de “dirección” (de “luchar contra la burocracia”, de “reconquistar la dirección” a favor de lxs trabajadorxs), de ejercer más “democracia sindical”, de ser “anti-burocráticos”: la historia demuestra que el/la honesto/a luchador/a de hoy, si entra en la dinámica estructural sindical, será el/la burócrata de mañana.(*) Y esa transformación del comportamiento individual (de “anti-burócrata” a “burócrata”) se explica por el estructural funcionamiento del Sindicato, que determina las prácticas sociales, sindicales, de sus agentes. En efecto, es la estructura la que determina el funcionamiento social que expresa cualquier individualidad: todx sindicalista es un/a conservador/a de este sistema de explotación y opresión porque sin relación social capitalista no habría vendedorxs de fuerza de trabajo (trabajadorxs) ni compradorxs de mercancía fuerza de trabajo (burguesxs). Vale decir: sin asalariadxs no habría sindicalistas porque sin sistema de trabajo asalariado no habría sindicatos. Y el Sindicato, machacamos una vez más, es mayorista y monopolista de las condiciones de venta de la fuerza de trabajo. De ahí la unidad de intereses de lxs burguesxs (Capital) y lxs sindicalistas (Sindicato): ambos conjuntos sociales defienden el sistema social capitalista. Y de ahí la unidad de intereses entre la Patronal, el Sindicato y el Estado: éste presenta como interés general el particular interés de la clase burguesa, cuyo motor económico es el sistema de esclavitud asalariada del que deriva el incesante afán de lucro común a todx capitalista.

Advertíamos el 12 de septiembre de 2019, cuando el peronista Alberto Fernández aún era candidato presidencial: “si el peronismo es gobierno profundizará la explotación de lxs esclavxs asalariadxs”, en referencia a que el ahora presidente había señalado que “si queremos reconstruir la industria argentina, y como estamos muy mal, nos vamos a tener que poner de acuerdo entre todos [,] los que producen, los que trabajan y los que conducen el Estado”. En sintonía, el empresario sindical peronista Hugo Moyano decía que “todos tenemos que aportar algo si queremos sacar el país adelante. Estamos convencidos que con una reforma laboral no se resuelve esto. Pero estamos convencidos que si hay que resolverlo directamente con cada una de las actividades habrá que hacerlo. Yo estoy dispuesto a hacerlo. Cada actividad debe adaptarse a las necesidades económicas” (ver nuestra advertencia en bit.ly/2Xti8re). El peronismo (Alberto Fernández, Cristina Fernández, Hugo Moyano, Hugo Yasky, etc.) adelantaba en 2019 que en 2020 se haría efectivo el “pacto social” entre los que “producen” (lxs empresarixs), los que “trabajan” (lxs sindicalistas, quienes monopolizan la “representación” de lxs explotadxs) y los que “conducen el Estado” (que serían lxs integrantes del entonces aún no constituido gobierno peronista). En 2019 lxs sindicalistas (como Moyano y Yasky) decían con claridad lo que terminaron haciendo en 2020 los sindicatos UPCN y de Comercio: el primero suspendiendo la negociación paritaria (que incluye la negociación salarial), el segundo pactando una reducción salarial del 25%. El discurso conciliador de clases de “adaptarse a las necesidades económicas” (Moyano dixit) se materializó y es una triste realidad para la mayoría de lxs trabajadorxs ocupadxs y desocupadxs. Así como nosotrxs leímos el presente en el año 2019 para prepararnos (al menos ideológicamente) para el (en ese momento futuro) año 2020, lxs trabajadorxs en su conjunto deberían aprender a leer el presente (año 2020) si no quieren “sorprenderse” en el futuro (2021, etc.)…

Yasky 2019

“Alberto [Fernández] ha planteado algo que compartimos en el sentido que hay que atender las urgencias. […] Si para resolver eso hay que plantear por un determinado [lapso] de tiempo un congelamiento de precios y salarios con la perspectiva de Alberto es absolutamente lógico y razonable”, decía el 6 de octubre de 2019 el sindicalista y diputado peronista Hugo Yasky.

 

IV

Lxs trabajadorxs libertarixs con conciencia de clase sabemos que para luchar contra el Capital hay que luchar contra el Sindicato. Pero incluso para que nuestras miserables condiciones de vida no empeoren aún más hay que enfrentar al Sindicato. Está de sobra comprobado que los sindicatos de esta época no sólo no promueven reivindicaciones laborales ni defienden las pocas conquistas sociales obtenidas y que aún perduran gracias a las pretéritas luchas proletarias: con vigor desde la década de 1990 en la región argentina el Sindicato se dedica a hacer negocios como cualquier propietario de medios y condiciones de producción (en el mercado de la medicina prepaga, con empresas de provisión de personal tercerizado, agencias de turismo, etc.: sobre el sindicalismo empresarial escribimos algunas líneas en bit.ly/2UaU36q);(**) además el Sindicato ya no sólo se dedica a propagar la conciliación de clases al interior de la clase obrera (cosa que viene haciendo el sindicalismo desde su nacimiento como trade-unions en Inglaterra en el siglo XIX) y actuar directamente contra lxs trabajadorxs moliéndolxs a palos, torturándolxs y desapareciéndolxs (AAA con Rucci en Buenos Aires y la CNU con Moyano en Mar del Plata en la década de 1970, las patotas de la CGT contra los gremios de la FORA en la década de 1940, las bandas criminales del sindicato de petroleros que atacaron a lxs trabajadorxs estatales y docentes de Chubut en 2019, etc.): ahora directamente se comporta como lo hacía el déspota y su séquito en el modo de producción asiático, una casta social que desde las alturas trataba con desdén a lxs trabajadorxs, como si éstxs constituyeran una masa informe acostumbrada “naturalmente” a padecer la explotación económica y la opresión política (no exageramos: ya nos hemos referido al comunicado del 1/6/2020 de UPCN y a las palabras del burócrata y empresario sindical Cavalieri del sindicato de empleadxs de comercio…).

La lucha contra la carestía de vida y para mejorar las condiciones laborales debe hacerse por fuera y contra el Sindicato. La lucha contra el Capital y el Estado también debe hacerse por fuera y contra el Sindicato.

¡Libertad de asociación de lxs trabajadorxs en la región argentina y en todo el mundo!

ATACA

4/6/2020

AAA ni olvido ni peron

En 1943 Juan Domingo Perón co-protagonizó un golpe de Estado. Perón y el gobierno que surgió del golpe militar estatalizaron la vida gremial de lxs trabajadorxs al ilegalizar a centenares de organizaciones obreras y promulgar la «ley de asociaciones profesionales» de inspiración fascista. El modelo sindical argentino peronista aún vigente en 2020 fue perfeccionado durante el primer gobierno «democrático» de Perón, quien, casualmente, asumió la presidencia un 4 de junio (de 1946), día y mes (de 1943) en que había tomado el poder junto con los oficiales del GOU. En la década de 1970, Perón creó la AAA, organización estatal -que no figuraba legalmente en el organigrama oficial y operaba desde el Ministerio de Bienestar Social- integrada por numerosxs sindicalistas. Vaya casualidad, lxs sindicalistas de 1973/1974 -al igual que lxs sindicalistas de 2019/2020- estaban comprometidxs en formalizar un «pacto social» entre «los que producen, los que trabajan y los que conducen el Estado»: entonces y ahora (ver el epígrafe dedicado a Yasky) planteaban un «congelamiento de precios y salarios». Tercera casualidad (y tres eran las letras A de la organización paramilitar setentista), en 1974 y en 2020 gobierna el peronismo.

Notas:

(*) ATACA da fe de ello: en apenas un año, varixs exactivistas de ATACA se convirtieron en “delegadxs” sindicales y es habitual verlxs aparatear las “asambleas” convocadas por su sindicato, “denunciar” (en público) a la “lista opositora” para luego rosquear (en privado) con dicha oposición una “lista de unidad” con el fin de mantener la “dirección” del sindicato en las próximas elecciones… En fin: siempre a favor de la conciliación de clases (si no no serían “sindicalistas”, ¿verdad?), lxs antiburocráticxs de ayer se ocupan de combatir a lxs trabajadorxs que propugnamos la lucha de clase directa contra el Capital y el Estado.

 

(**) Decíamos allí que “además de ejercer sindicalmente la burocracia, muchos sindicatos emplean fuerza de trabajo, es decir, explotan trabajadores; por ejemplo Víctor Santa María -presidente del Partido Justicialista de la ciudad de Buenos Aires y secretario de estadísticas de la CGT- es uno de los sindicalistas capitalistas que por medio de un sindicato -desde hace 20 años es secretario general del SUTERH- explota a trabajadores de medios de comunicación (diarios Página/12 y Z; revistas El Planeta Urbano, Caras y Caretas y Alta -se lee a bordo de los aviones de Aerolíneas Argentinas-; radios AM 750 y FM 89.1 -Malena-), de la industria del cine (fidecoimisos Filmar y Fondeart), de la industria editorial (Octubre), de la educación (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo -UMET- e ISO -institución educativa de nivel superior no universitaria-) y del espectáculo (salas Caras y Caretas de los barrios San Telmo y Balvanera de la ciudad de Buenos Aires), entre otros emprendimientos capitalistas”.

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Una vez más (y van…) sobre el rol burgués de los sindicatos

Andrés Rodríguez

Foto: el burgués sindicalista Andrés Rodríguez (UPCN) cabalga uno de sus caballos

 

Se lee hoy (27/4/2020) en Infobae que “la posibilidad del regreso a las tareas en el Estado puso en clima de guerra a los dos principales sindicatos del sector” (https://bit.ly/2SeOPFB). En la nota, el propietario de caballos pur sang Andrés Rodríguez (UPCN) y su asistente Daniel “Tano” Catalano (ATE Capital) muestran una vez más su completo desprecio por lxs trabajadorxs y el carácter de clase burgués no sólo de los sindicalistas sino de los sindicatos. En efecto: no es la patronal de Estado la que presiona para volver al trabajo presencial en medio de la pandemia sino los propios sindicatos. Los parásitos (“formalmente” viven de de lxs afiliadxs sindicales, quienes pagan la cuota sindical) Rodríguez y Catalano, lejos de pretender (al menos como gesto hacia la tribuna estatal) “defender” lxs intereses de clase de lxs trabajadorxs, compiten por ser el más antiobrerx: “hay que ir generando las condiciones para que la gente vuelva paulatinamente a trabajar (…), si son mayores de edad o ESTÁN ENFERMOS que hagan teletrabajo” (Catalano, énfasis nuestro vía letras mayúsculas), “se pierden derechos (…), LA GENTE ES MÁS FÁCIL DE ECHAR” (Rodríguez, énfasis nuestro vía letras mayúsculas). Estos burócratas sindicales no sólo naturalizan como “normal” la precarización laboral (sobre la base de la precarización laboral, “la gente es más fácil de echar”) y proponen que las personas enfermas trabajen: además quieren que lxs trabajadorxs (que ya trabajan de manera remota) laburen de manera presencial en los edificios públicos (oficinas, galpones, etc.). ¡Son más patronales que el Estado empleador! ¡La patronal desaconseja el trabajo presencial en dependencias estatales y el Sindicato aconseja lo contrario!

¿Qué decir del burócrata Rodolfo Aguiar, secretario adjunto de ATE Nacional? Si Catalano y Rodríguez asumen sin tapujos su burgués rol antiobrerx, Aguiar apela al cinismo sindical: “hay que elegir en qué vereda se está”, le dice a Catalano: “o el sindicalismo representa los intereses de las patronales o está preocupado por cambiar un mundo que nos está llevando directamente a la muerte, pero nunca fueron tiempos para un sindicalismo de conciliación”. ¿Aguiar es un dirigente anarcosindicalista de la CNT española? ¿Está ensayando el discurso virtual que dará el 1 de mayo? Igual, más allá de todo discurso “radical”, la CNT española, como ATE y como todo sindicato o central/federación sindical, ejerce “sindicalismo de conciliación”. ATE nacional -como ATE Capital, como UPCN, como la Federación Aceitera, etc.- es un sindicato al servicio de la conservación del capitalismo. Ningún sindicato en la región argentina ni en ningún lado está “preocupado por cambiar un mundo que nos está llevando directamente a la muerte” (textual de Aguiar): el sindicato es la canalización burguesa de las necesidades y reivindicaciones proletarias; no expresa los intereses de la clase trabajadora en su lucha contra la explotación capitalista sino su domesticación; representa al trabajo subsumido en el capital; los sindicatos expresan la conciliación de clases, la conservación del modo de producción capitalista.

Dejamos el link a nuestro artículo “Sindicatos y modelo sindical en la región argentina” que desarrolla la crítica no sólo a lxs agentes sindicales del estilo Catalano-Rodríguez-Aguiar sino a los sindicatos: https://laculturanoseachica.wordpress.com/2019/10/07/sindicatos-y-modelo-sindical-en-la-region-argentina/

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Últimas lecturas para sobrellevar el colectivo arresto domiciliario en la región argentina

Batman con barbijo

Una pregunta / Giorgio Agamben: https://artilleriainmanente.noblogs.org/?p=1454

Reset / Franco “Bifo” Berardi: http://lobosuelto.com/reset-franco-bifo-berardi/

El coronavirus bajo el liberalismo / Byung-Chul Han: https://www.clarin.com/cultura/byung-chul-vamos-feudalismo-digital-modelo-chino-podria-imponerse_0_QqOkCraxD.html

Las diferencias sexuales ante la COVID-19: por qué el enfoque primordial en los ancianos es erróneo / Carole Jahme: https://medium.com/@Carnaina/las-diferencias-sexuales-ante-la-covid-19-por-qu%C3%A9-el-enfoque-primordial-en-los-ancianos-es-err%C3%B3neo-cb2b996cfe63

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Otras lecturas para sobrellevar el arresto domiciliario con salidas transitorias impuesto por el Estado argentino

gas steampunk

Cristina Rivera Garza, Del verbo tocar: Las manos de la pandemia y las preguntas inescapables: https://bit.ly/2ROLQDw

Alba Sidera, Bérgamo, la masacre que la patronal no quiso evitar: https://bit.ly/3eBMw9p

Rolando Astarita, Los trotskistas y la panacea del impuesto-anticrisis: https://bit.ly/3aoX6xa

Ariel Petruccelli, Paradojas virales: https://bit.ly/3bkhW1I

François Chesnais, La economía mundial al principio de la gran recesión Covid-19: https://bit.ly/2XLJRUy

Paul Robert Vogt, COVID-19 – eine Zwischenbilanz oder eine Analyse der Moral, der medizinischen Fakten, sowie der aktuellen und zukünftigen politischen Entscheidungen: https://bit.ly/2zbsxxV